jueves, 2 de junio de 2011

Testamento y Reencuentro

Hace ya varios años concebí la idea de una historia que inicia con un hombre escribiendo su testamento emparedado (encerrado entre paredes, sin comunicación alguna con el exterior) en el laberinto-cimientos de una ciudad  en reciente construcción. 

Obviamente todo cuanto se escribe está inspirado por hechos, personas o circunstancias que detonan un sentimiento; recientemente volví a encontrarme con la mujer para quien originalmente estaba siendo escrito este cuento, hecho el cual me lo  recordó de manera frustrante ya que nunca lo termine (en papel, no en argumento) lo más notable de esto es que las dos veces que recientemente la he visto han sido de manera furtiva y casi en penumbra por lo cual me es difícil asegurar cuanto conserva de la idealización de la que fue objeto algún día y que ahora definitivamente es un carcomido recuerdo.
Así comienza: De haber vivido otras vidas, recorrido otros caminos o soñado otros sueños, las corrientes del destino habrían arrastrado a nuestras almas a las orillas del mundo que ahora conocemos, donde nos encontramos en este instante, tan cercanos que es difícil reconocer dónde tu aliento se transforma en mi vida y como una caricia mía envuelve tu cuerpo penetrándolo poro a poro, consumiéndolo en ardiente pira que permite al viento llevar a tus cenizas a mundos distantes, jamás conocidos por hombre o bestia alguno, mundos que encierran el mismísimo secreto del paraíso, donde permanecen cautivas  las esencias de la vida, la sabiduría, el placer y la belleza que esperan ansiosos alcanzar su libertad a nuestro mundo aferrados a ti, pues el mismo viento que te ha llevado, regresa ahora a mi, convertido en tormenta de luz cegadora, toque de midas, sabor de victoria, aroma de santidad y el sonido de tu nombre. Es entonces cuando de tus cenizas resurges convertida en todo lo que se soy capaz de expresar.  

Las fronteras de los sentimientos son en verdad difusas, es realmente amor lo que siento por ti o es solo una locura obsesiva que permite escapar a los demonios que hospedo... por que son demonios, no pueden ser otra cosa.

¿Realmente importa? 

Debe ser  odio,  los sentimientos mas intensos se confunden, la odio sin duda alguna, la odio tanto que he perdido la cordura.

¿Realmente importa?

Es tiempo de descansar,  la poseeré de alguna forma u otra, encontrare la forma de tenerte.

¿A quién dirijo esto?

¿Realmente importa?

¿Quién leerá esto?

¿Realmente importa?

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