martes, 14 de agosto de 2012

Le Léthé, Charles Baudelaire

El Leteo (Le Léthé) es un poema maldito del escritor francés Charles Baudelaire, publicado en la colección de poemas de 1886: Los despojos (Les Épaves).

El Leteo es uno de los ríos subterráneos del Hades, el infierno en la mitología griega. Su forma más antigua, curiosamente, es idéntica al francés: Léthé, cuyo significado es Olvido. Recordemos que la función de las aguas del Leteo consiste en provocar un perfecto olvido de la vida sobre la tierra, para que las almas ingresen al Hades sin ninguna intención de retornar.

Gustave Doré

Viens sur mon coeur, âme cruelle et sourde,
Tigre adoré, monstre aux airs indolents;
Je veux longtemps plonger mes doigts tremblants
Dans l'épaisseur de ta crinière lourde;

Dans tes jupons remplis de ton parfum
Ensevelir ma tête endolorie,
Et respirer, comme une fleur flétrie,
Le doux relent de mon amour défunt.

Je veux dormir! dormir plutôt que vivre!
Dans un sommeil aussi doux que la mort,
J'étalerai mes baisers sans remords
Sur ton beau corps poli comme le cuivre.

Pour engloutir mes sanglots apaisés
Rien ne me vaut l'abîme de ta couche;
L'oubli puissant habite sur ta bouche,
Et le Léthé coule dans tes baisers.

À mon destin, désormais mon délice,
J'obéirai comme un prédestiné;
Martyr docile, innocent condamné,
Dont la ferveur attise le supplice,

Je sucerai, pour noyer ma rancoeur,
Le népenthès et la bonne ciguë
Aux bouts charmants de cette gorge aiguë
Qui n'a jamais emprisonné de coeur.

Ven a mi pecho, alma sorda y cruel,
Tigre adorado, monstruo de aire indolente;
Quiero enterrar mis temblorosos dedos
En la espesura de tu cabello largamente;

Sepultar mi cabeza adolorida
En la falda colmada de tu perfume
Y respirar, como una flor ajada,
El relente de mi amor ya ido.

¡Quiero dormir! ¡Dormir más que vivir!
En un sueño, como la muerte, dulce,
Estamparé mis besos sin descanso
Por tu cuerpo pulido como el cobre.

Para ahogar mis sollozos apagados,
Sólo preciso tu profundo lecho;
El poderoso olvido habita entre tus labios
Y fluye de tus besos el Leteo.

A lo que es mi destino, desde hoy mi deleite,
obedeceré como un predestinado;
condenado inocente, mártir dócil,
cuyo inmenso fervor enciende el infierno

Sorberé, diligente, para anegar mi rencor,
el pérfido nepentes1 y la buena cicuta
en los breves pezones de tus agudos senos
tras los cuales jamás latió tu corazón.

1 nepentes: pócima mágica que los antiguos ingerían para suprimir
la tristeza y el dolor y que, posiblemente, contenía algún estupefaciente.





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