viernes, 31 de agosto de 2012

Canción del Forastero. Armando Tejeda Gómez

De que me sirve a mi la primavera
esta ciudad con plazas y alamedas
si en acontecer del día que se va
en toda esta ciudad nadie me espera
De que me sirve a mi tanto paisaje
el cielo cruel y azul la luna llena
Si en el anochecer de oscura inmensidad
en toda esta ciudad
no hay quien me quiera
Los ojos sin amor son ojos muertos
miran pero no ven la piel del día
la fiesta de color del pájaro y la flor
el rostro natural de la alegría
de que puede servir mirarnos si amar
los ojos sin amor no ven la vida
El solo marcha solo hacia la muerte
es como un forastero de los días
dirá que estuvo allí y no supo entender
los que se amaban sonreían
Un hombre una mujer por separado
son la mitad del ser
dos soledades
de que pueden servir si no pueden unir
en el río de un niño las dos sangres.

Soneto XLV. Pablo Neruda

No estés lejos de mí un solo día, porque cómo,
porque, no sé decirlo, es largo el día,
y te estaré esperando como en las estaciones
cuando en alguna parte se durmieron los trenes.
No te vayas por una hora porque entonces
en esa hora se juntan las gotas del desvelo
y tal vez todo el humo que anda buscando casa
venga a matar aún mi corazón perdido.
Ay que no se quebrante tu silueta en la arena,
ay que no vuelen tus párpados en la ausencia:
no te vayas por un minuto, bienamada,
porque en ese minuto te habrás ido tan lejos
que yo cruzaré toda la tierra preguntando
si volverás o si me dejarás muriendo.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Androcles y el León. Esopo

Mi Madre me acaba de contar que en la secundaria estaba en el club de Poesía, que escribía y leía ávidamente, un dìa su profesor Roberto Vélez de la Torre les pidio realizar una lectura de su elección, la jornada siguiente al preguntar  a los alumnos por algún voluntario para narrar la historia leida, mi Madre se levanto y contó el siguiente cuento:

Entre las leyendas de la Roma Antigua, se
encuentra la historia conmovedora de Androcles y el
León. Sea que era una realidad o no, nos enseña que
amor con amor se paga y bondad con bondad se apremia. Según la historia, Androcles
era un esclavo romano que había sido vendido y llevado al África donde llevaba una vida
de pesado y doloroso trabajo bajo la mano de un cruel y malagradecido amo.
Después de haber sufrido mucho, Androcles dispuso hacer el intento de huir,
pensando en llegar a la costa y de allí encontrar como conducirse de nuevo a Roma.
Sabía bien si lo descubriesen le sería dada una condena de muerte porque esa era la suerte
que le esperaba a cualquier esclavo que intentaba huir. Dispuso hacer su fuga una noche
oscura, cuando no había luz de luna.
Silenciosamente salió de la casa de su amo, y durante toda la noche corrió por el
camino que creía ser el camino que conducía a la costa. ¡Cuál era su decepción que al
amanecer el nuevo día se dio cuenta que equivocadamente había agarrado el camino hacia
el desierto. Cansado, hambriento y con sueño, dispuso refugiarse en una cueva al pie de
un barranco.
Luego se durmió pero al rato fue despertado por un fuerte y temido rugido de una
fiera. Abriendo sus ojos, se dio cuenta que en la entrada de la cueva estaba un gran león.
La cueva era la guarida del feroz animal. Se puso de pie y buscó por donde escapar pero
el león tapaba la única salida. Toda esperanza de escapar se echó a perder. Esperaba ser
destrozado por el león.
Sin embargo el animal se quedó inmóvil. Gemía y lloraba y lamía una de sus patas
que sangraba. Fijándose en que el león estaba en gran dolor, Androcles se olvidó de su
peligro y se acercó a la fiera que levantaba su pata como pidiendo socorro. El esclavo se
dio cuenta de que una gran espina se había clavado en la pata. Tomándola en su mano,
con jalón fuerte, sacó la espina y en seguida hizo lo necesario par detener la hemorragia.
Aliviado del dolor, el felino agradecido salió de la cueva cojeando y al rato regresó
trayendo en su boca una liebre que dejó caer a los pies de Androcles. Después que el
pobre esclavo había cocido y comido la carne, el león le condujo a una vertiente de agua.
Durante tres años el hombre y el león vivían juntos en la cueva.
Juntos salían a la cacería; junto comían, dormían y descansaban.
El león, como un gato contento, recostaba su gran cabeza
sobre las rodillas de su compañero humano.
Meneaba su gran cola como queriendo decir: “Estoy muy contento y muy feliz”.
Al paso de muchos días Androcles sintió nostalgia y dispuso regresar a la
sociedad. Abandonó la cueva pero muy luego cayó en manos de unos soldados quienes
le mandaron a Roma como esclavo fugitivo. Fue condenado a pelear con las fieras
salvajes en el circo romano el próximo día festivo. Una gran multitud de espectadores
estaba presente para alegrarse con el emocionante espectáculo. Inclusive estaba presente
el emperador romano con los senadores de Roma.
Androcles fue echado en el circo con una lanza en la mano, la única defensa que
tenía contra la fiera enfurecida por el hambre y la sed de días de estar encerrado sin
comida y agua. El pobre esclavo temblaba al oír el rugido temible del león y al verle salir
de su jaula. La fiera pegó unos saltos y se acercó al indefenso hombre. Pero en vez de
caer comenzó a lamer la mano de Androcles. El hombre de dio cuenta de que era el
mismo león con quien había vivido en la cueva. Le hizo caricias, recostó su cabeza sobre
la suya y lloraba.
La concurrencia se quedó admirada y el emperador lo mandó a llamar y le pidió
a Androcles que explicara lo que había sucedido. La historia le encantó al emperador de
tal modo que le concedió a Androcles su libertad y le obsequió una gran suma de dinero.
De allí en adelante Androcles era liberto y andaba en las calles de Roma acompañado de
su león que como gran perro cariñoso y agradecido acompañaba a su querido dueño.

Ella cuenta con alegría como todos compañeros rieron al narrar como rugia el león haciando la onomatopeya correspondiente ¡GRRRRRRARRRRRR!
Y su profesor con todo respeto le dijo:
-No es que me burle pero... ¿podrías repetir esa última parte?


lunes, 27 de agosto de 2012

8 Cuentos cuento de Noche.

8 cuentos cuento de noche
En cuanto me quedo durmiendo
Contando con que cada cuento
Contado correctamente
Conjugue mis cuatrocientos cuarenta sueños,
que consisten en consejos consensuados
con el Consejo Supremo de Conejos Muertos
todos blancos perfectos, de dientes pequeños
pero cojos y ciegos
Y ya en pleno ¿Conque contribuir a la sesión?
Cuéntanos los 8 con los que contamos
¿Qué no concibes con que dolor comenzamos?
¡El del día de tu cumpleaños!
-No, Con ese no coincidimos, no esta terminado-
Contános el de la bruja, con todo tenebroso detalle
No, con ese concibo congoja cual si la viera en la calle
¡Bah¡ Que cobarde se encuentra aquel ,
¡Que  Cobarde¡ Gritan a coro los otros cien
¡Ah entonces cuéntanos el de la hermosa Janet¡
¿Quién? No olviden que las casadas no me sientan bien
El del Dragón en la cueva que cocina con especias
- Almas necias, que el cuento aclaro de comida no es –
El del árbol de Laurel, de barcos y tesoros perdidos
-Conejos, mis amigos, no se sientan ofendidos
Pero el cuento es largo
y necesito más de 10 noches para  terminarlo-
Ah entonces el del Marqués  que tu preferido sin duda es
-No, por desgracia esta noche no me siento nada inspirado-
Oh ¿Sera acaso, por esa Mujer? ¿De nombre … ?
¡Callad Conejos ¡ Ni en mis sueños me alejo de los indiscretos
El de la serpiente inmortal recién salida de su tumba
-No es que sucumba pero esperemos mejor a la noche de Walpurga-
Solo uno resta que nos puedas relatar, el del hombre que escribe…
-No es que los desanime pero la noche esta por terminar
Pero, puedo inventar uno pequeño, el de un hombre que en un sueño…




MIEDO

Hace 10 años:
No es la primera vez que sientomiedo, ya en otras ocasiones lo he sentido; pero este no es como aquel miedotonto que me da en la oscuridad pero que se va con la música, tampoco es esemiedo que sentí cuando mamá murió, en esa ocasión no sentí miedo por mi, sinopor mamá, la gente dice que la gente mala va al infierno cuando se muere… y mamáno era buena; no se parece al miedo que sentía cuando me gustaba Teresa, esemiedo desapareció  cuando ella me mandoal diablo, aquel miedo se convirtió en ira; la gente dice que la ira es pecado,pecado capital, así que mejor solo se convirtió en coraje, la verdad no quieroir al infierno.
Don Julio dice que yo no deboenojarme, que al hacerlo no mido mis fuerzas, que he lastimado a sus hijos, quehe lastimado a Doña Rosalía su mujer, que lastime a Teresa; pero sus hijos mellaman retrasado y para Doña Rosalía soy un arrimado, eso dice ella.
La gente dice que Don Julio es mitío, pero él siempre dice que le llame Don Julio.
El miedo que ahora siento esdiferente  a todo lo anterior, se parecemas bien a lo que sentía cuando papa le pegaba a mamá, no por que mamá me dieralastima, sino por que sabia que después de mamá seguía yo, todavía tengoalgunas marcas.
Doña Rosalía me  mando en buen momento por las tortillas, yano quería estar ni un minuto más en esa casa. Este es el mismo camino querecorro todos los días pero hoy en especial es oscuro, caluroso, siento unpicor en las manos, estoy acostumbrado a que la gente mi mire de una formaextraña, los hijos de Don Julio dicen que es porque tengo cara de tonto, no sesi tengo cara de tonto pero sé que no soy igual a los demás, pero hoy la genteme mira de una forma más extraña y no me importa, debe ser por lo sucio de miropa.
No había sentido tanta libertaddesde que papá se fue, ahora estoy solo y mi vida es eso, MI VIDA, ya nuncavolveré con Don Julio y Doña Rosalía, ya no puedo volver con Don Julio.
No le temo a la muerte, le temo alo que hay después de la muerte. No es la primera vez que mato a alguien,cuando llueve mato a muchos mosquitos que son malos porque pican y alguna vezllegue a matar a un gato por que no me dejaba dormir.
Le temo a la oscuridad, poreso  camino hacia el sol, porque allá nopuede haber oscuridad, pero el temor a la oscuridad no es lo que siento, es elhombre que me sigue el que me hace sentir miedo.
Don Julio siempre estaba molestoconmigo, me llamaba idiota, decía que nada hago bien, que cuando nací no superespirar y ahí comenzó mi vida de idiotez.
El sol me hace sudar, me hacesudar mucho, me siento sucio, y el sudor y la sangre de mi camisa huelenextraño, asqueroso, como los domingos en la carnicería cuando me mandan a comprarcarne molida de las dos, tengo ganas de vomitar, pero si lo hago el hombre queme sigue podría alcanzarme.
Nunca había lastimado a don Juliopero hoy no pude contenerme, no recuerdo lo que paso antes, porque se molestotanto, pero me llamo animal, no me enojo tanto que me llamara animal siempre medecía burro o güey, pero no lo hizo con esa intención, él dijo que era unanimal que actuaba por instinto, eso no le entendí bien, por eso le pregunte -¿Quées eso? -
Y me dijo riéndose que no pensaba,que no sentía, que solo servía para comer, dormir y cagar.
Eso me dolió mucho ¡Como no voy asentir! si siempre he tenido un dolor muy grande aquí encerrado en el pecho ysi no siento ¿De donde entonces vienen todas las lagrimas que se me salen luego?




martes, 14 de agosto de 2012

Le Léthé, Charles Baudelaire

El Leteo (Le Léthé) es un poema maldito del escritor francés Charles Baudelaire, publicado en la colección de poemas de 1886: Los despojos (Les Épaves).

El Leteo es uno de los ríos subterráneos del Hades, el infierno en la mitología griega. Su forma más antigua, curiosamente, es idéntica al francés: Léthé, cuyo significado es Olvido. Recordemos que la función de las aguas del Leteo consiste en provocar un perfecto olvido de la vida sobre la tierra, para que las almas ingresen al Hades sin ninguna intención de retornar.

Gustave Doré

Viens sur mon coeur, âme cruelle et sourde,
Tigre adoré, monstre aux airs indolents;
Je veux longtemps plonger mes doigts tremblants
Dans l'épaisseur de ta crinière lourde;

Dans tes jupons remplis de ton parfum
Ensevelir ma tête endolorie,
Et respirer, comme une fleur flétrie,
Le doux relent de mon amour défunt.

Je veux dormir! dormir plutôt que vivre!
Dans un sommeil aussi doux que la mort,
J'étalerai mes baisers sans remords
Sur ton beau corps poli comme le cuivre.

Pour engloutir mes sanglots apaisés
Rien ne me vaut l'abîme de ta couche;
L'oubli puissant habite sur ta bouche,
Et le Léthé coule dans tes baisers.

À mon destin, désormais mon délice,
J'obéirai comme un prédestiné;
Martyr docile, innocent condamné,
Dont la ferveur attise le supplice,

Je sucerai, pour noyer ma rancoeur,
Le népenthès et la bonne ciguë
Aux bouts charmants de cette gorge aiguë
Qui n'a jamais emprisonné de coeur.

Ven a mi pecho, alma sorda y cruel,
Tigre adorado, monstruo de aire indolente;
Quiero enterrar mis temblorosos dedos
En la espesura de tu cabello largamente;

Sepultar mi cabeza adolorida
En la falda colmada de tu perfume
Y respirar, como una flor ajada,
El relente de mi amor ya ido.

¡Quiero dormir! ¡Dormir más que vivir!
En un sueño, como la muerte, dulce,
Estamparé mis besos sin descanso
Por tu cuerpo pulido como el cobre.

Para ahogar mis sollozos apagados,
Sólo preciso tu profundo lecho;
El poderoso olvido habita entre tus labios
Y fluye de tus besos el Leteo.

A lo que es mi destino, desde hoy mi deleite,
obedeceré como un predestinado;
condenado inocente, mártir dócil,
cuyo inmenso fervor enciende el infierno

Sorberé, diligente, para anegar mi rencor,
el pérfido nepentes1 y la buena cicuta
en los breves pezones de tus agudos senos
tras los cuales jamás latió tu corazón.

1 nepentes: pócima mágica que los antiguos ingerían para suprimir
la tristeza y el dolor y que, posiblemente, contenía algún estupefaciente.





miércoles, 8 de agosto de 2012

La historia del Cerrajero. Cuento tradicional Sufí

Había una vez un cerrajero al que acusaron injustamente de unos delitos y lo condenaron a vivir en una prisión oscura y profunda. Cuando llevaba allí algún tiempo, su mujer, que lo quería muchísimo se presentó al rey y le suplicó que le permitiera por lo menos llevarle una alfombra a su marido para que pudiera cumplir con sus postraciones cada día. El rey consideró justa esa petición y dio permiso a la mujer para llevarle una alfombra para la oración.

El prisionero agradeció la alfombra a su mujer y cada día hacía fielmente sus postraciones sobre ella. Pasado un tiempo el hombre escapó de la prisión y cuando le preguntaban cómo lo había conseguido, él explicaba que después de años de hacer sus postraciones y de orar para salir de la prisión, comenzó a ver lo que tenía justo bajo las narices. Un buen día vio que su mujer había tejido en la alfombra el dibujo de la cerradura que lo mantenía prisionero. Cuando se dio cuenta de esto y comprendió que ya tenía en su poder toda la información que necesitaba para escapar, comenzó a hacerse amigo de sus guardias. Y los convenció de que todos vivirían mucho mejor si lo ayudaban y escapaban juntos de la prisión. Ellos estuvieron de acuerdo, puesto que aunque eran guardias comprendían que también estaban prisioneros. También deseaban escapar pero no tenían los medios para hacerlo.

Así pues, el cerrajero y sus guardias decidieron el siguiente plan: ellos le llevarían piezas de metal y él haría cosas útiles con ellas para venderlas en el mercado. Juntos amasarían recursos para la huída y del trozo de metal más fuerte que pudieran adquirir el cerrajero haría una llave. Una noche, cuando ya estaba todo preparado, el cerrajero y sus guardias abrieron la cerradura de la puerta de la prisión y salieron al frescor de la noche, donde estaba su amada esposa esperándolo. Dejó en la prisión la alfombra para orar, para que cualquier otro prisionero que fuera lo suficientemente listo para interpretar el dibujo de la alfombra también pudiera escapar. Así se reunió con su mujer, sus ex-guardias se hicieron sus amigos y todos vivieron en armonía. El amor y la pericia prevalecieron.