jueves, 14 de marzo de 2013

¿Carta o Cuento?. LLB

Creo que esta es una carta de despedida, o un cuento, no estoy seguro, el motivo de mi indefinición es... o fue que me prometieron un cuento y me enviaron esto. Fue lo último que supe de ella por ella, he preguntado un par de veces por su destino, me han dicho -Esta bien- y así lo creo, admire y admiro a esa mujer y no dudo que en algún momento volveré a enfrentarme con y contra ella en nuestra constante lucha por conquistar al mundo, si yo fuera Holmes ella sería mi Moriarty...¿o yo sería Moriarty?


Todos terminamos por prometer las mismas cosas, sentimos los mismos miedos y solemos confundir el amor con cualquier cosa, vamos por la vida creyendo en algo que no existe y lo sabemos, pero nos gusta sufrir, nos gusta. Aunque nos damos cuenta de ello, amamos el histrionismo, las ganas de ser protagonistas de nuestra novela, no conocemos la facilidad ni la felicidad, decimos la verdad sabiendo que mañana será mentira, que no podremos ni querremos mantenerla. Egoístas por definición, con complejos de superioridad, nos gusta ser los mejores en todo, incluso en ser la víctima, la mejor víctima. Nos paramos frente al espejo y nos convencemos de que lo estamos haciendo bien, ¿Cómo podríamos estar equivocados si somos incapaces de fracasar? Los protagonistas nunca fracasan…
Todos nos enamoramos de todo y nos conformamos con nada, y un afortunado o desafortunado día, decidimos compartir un poquito de nuestro protagonismo a alguien lo suficientemente digno de ello pero que no sea tan bueno como para robar nuestro papel u opacar nuestra actuación, nos decimos enamorados, pero en el fondo pensamos “Perfecto, aquí está mi oportunidad de sufrir, de ser la víctima, de demostrar que aún haciendo todo bien hay quien no lo valora, tontos” así que nos lastimamos con las palabras de otros que también se dicen enamorados, los volvemos contra nosotros, y cada quien en su papel de víctima y victimario, se va llorando a los brazos del siguiente actor. Lo vemos y vivimos día a día y no podemos notarlo. Ingenuos, hasta en nuestra maldad, nos dejamos llevar por la corriente, caemos en el círculo vicioso de la vida y seguimos creyéndonos sabedores de todo, capaces de manejar lo que se nos presenta, mejores que nuestros padres, que nuestros hermanos, que nuestros amigos, etc. ¿Qué saben ellos de la vida? ¿Qué saben ellos de nosotros? ¿Por qué están tan equivocados?...
Soberbia, expertos en ella. Hasta para fingir ser buenas personas hay que ser soberbios, los mejores en perdonar a los demás, siendo tan superiores perdonar es fácil; los mejores en compartir conocimiento, con esa genialidad sería imposible no hacerlo; los mejores en agradecer, sólo los más sabios pueden ser humildes… y así de soberbios vamos pintando máscaras.
Mortales, torpes, inadaptados, estúpidos los humanos, todos hasta mi madre y la tuya, ni siquiera sabemos cuidar de nosotros mismos.

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