miércoles, 31 de octubre de 2012

Los Bardos Cuentan


Debo confesar que en el Marquesado de Carabás ha habido gran expectativa sobre el rumbo que pueden llegar a tomar las cosas, tan es así que los campos reverdecen en invierno y las aves no emigran sino que cantan trinos a las orillas de los caminos donde los caminantes se detienen a escucharlos, me gustaría que puedas escucharlos pronto.
En las fronteras, las falanges de infantería se han aprestado a los bordes de las murallas, la artillería esta recargada y presta, la caballería corre impaciente en círculos desgastando los cascos de los corceles esperando una señal. Los vigías asentados en altas torres señalan a través de estandartes de colores los movimientos de los vientos y las nubes, para no dejar ningún detalle a la suerte.
Y aunque la suerte nos favorece siempre, no confió en ella.
Un extraño sueño interpretado por uno de los magos ha puesto en alerta a los ejércitos, pronto aparecerá la señal que desborde nuestro ímpetu y fuerza, desconocemos como pueda está manifestarse, pero si sabemos que nos marcará el rumbo correcto a nuestro destino.
Sin embargo, ni yo mismo puedo asegurar la victoria. Solo aseguro que haré hasta lo inimaginable para conseguirla.
Porque eso solo dependerá de ti.
No es casual que en el mundo se busquen cosas difíciles de alcanzar por que la belleza nos ciega de maneras que nublan nuestros sentidos haciendo casi imperceptibles las distancias, los sonidos y los olores de la realidad.
Hacia ya años que preparábamos nuestra incursión en tierras peligrosas y extrañas, de lejanos horizontes había llegado a mis oídos la extraña leyenda de una hermosa joya tan invaluable como la vida misma, sin duda alguna existen muchas que se dicen de este tipo, pero la peculiaridad de está, era su mágica cualidad de irradiar la luz del día  en plena oscuridad, Incluso aunque no hubiese sido cierta esta cualidad, la fascinación de la idea de que en verdad pudiera existir, robo mi cordura, y no viví más sino para pensarme con ella.
Los bardos cantaban la procedencia de la maravilla en un reino lejano en las mortales montañas del Norte, sin duda alguna mi presencia alertaría a la tan afortunada ciudad poseedora del tesoro, no sería la primera vez que alguien intentara acercársele para buenas o malas intenciones, de las cuales las propias aun no había definido con certeza; así, me hice pasar por un peregrino en su viaje a tierras sagradas mas allá de las montañas. En el camino encontré un joven soldado que fatigado por el viaje gustoso escucho las historias de mis andares pasados, quedando tan sorprendido, me contó casi como un secreto la única cosa que lo había extasiado en su corta vida: la maravillosa luz emanada de una piedra.
En el camino hacia nuestros respectivos destinos él me contó de la incertidumbre acerca del origen de la extraña gema, algunos decían que provenía del centro de la tierra donde existen montañas de diamantes en constante ebullición, otros que es una semilla traída de los campos donde dios siembra las estrellas, algunos mas cuentan  que es la prisión del alma de una princesa esperando a ser liberada, lo único que se puede afirmar es que durante la noche, de ella emana una misteriosa luz que ilumina mil codos alrededor,  es una pequeña piedra transparente con un breve tono rosáceo sin mancha alguna, cortada en 12 caras engastada en  un  dije de cuarzo.
La custodia de tal maravilla corre a cargo de cientos de caballeros los cuales se aprestan  en  cada uno de los campamentos ubicados en las faldas y subsecuentes niveles de la montaña en cuya cima se encuentra  el magnífico palacio negro de  NIM, erigido en épocas remotas con el único fin de  preservar las seguridad de sus tesoros, impenetrable para cualquier ladrón o conquistador, pero no para mí.
El joven caballero inadvertidamente traicionaba su solemne tarea al darme información tan valiosa. La conversación tan apasionada me hizo perder la noción del tiempo y espacio, no sé cuanto caminamos ni en qué dirección, pero al irnos adentrando en los caminos rocosos de las montañas, horribles gemidos crisparon mi ánimo, mi acompañante me tranquilizo diciéndome que las altas montañas también protegen su tesoro, las formaciones naturales de roca provocaban que el eco de un ligero susurro se convierta en un mortal grito de horror, así entre las altísimas paredes que escoltan un incipiente riachuelo que nace de las mismas puertas del castillo los cantos de las aves que pueblan los arbustos aledaños se transforman en mil voces gritando tu nombre con desesperación, nadie puede transitar por ese camino.
Mi amigo intento despedirse  comentando que me seria mas fácil llegar a tierras sagradas a través de un estrecho poco conocido de la montaña mas alta de la formación, misma que llega abruptamente a un acantilado a mar abierto donde podría continuar mi viaje improvisando una balsa.
Sin embargo mis planes eran otros, le pedí casi rogándole que si me permitía conocer aquella maravilla de la cual me habló, compartiría con él mis futuras andanzas y aventuras, las mas gloriosas y peligrosas, en el fin del mundo, en el centro de la  tierra y en las míticas islas flotantes de oriente, conocería bestias magnificas y pueblos  casi salvajes, incluso si el vigor nos lo permitía nos adueñaríamos de los tesoros de las tierras de los muertos. Mi lengua se movía tan rápidamente recitando promesas hermosas que el joven caballero sucumbió a mi petición. Entraría al Palacio Negro y vería la luz de la gema, la hermosa luz de la bellísima gema.

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