Por supuesto que había escuchado del Oráculo,
Oráculo se refiere a una respuesta divina a
una consulta directa, por lo general prediciendo el futuro, también se refiere
al lugar, estatua, santuario o símbolo donde se le hacen preguntas a los
dioses. El concepto del oráculo se originó en Delfos, un templo en Grecia
dedicado a Apolo. Se dice que la gente pagaba a una sacerdotisa vitalicia para
que les hiciera preguntas a los dioses. La sacerdotisa de Delfos se llamaba
Pitia, de Pytho, nombre antiguo de Delfos. De ahí también Pyton, una serpiente
sagrada de la diosa Gea que se supone Apolo había matado en ese lugar, y de la
cual obtuvo sus poderes proféticos. Pitia hacia un complicado ritual. Unos
dicen que incluía vapores alucinógenos, los cuales le ayudaba a comunicarse con
los dioses. Otras sacerdotisas oraculares actuaban en el mundo antiguo,
especialmente romano, bajo la protección de Apolo sobre todo, y se las conocía
como sibilas (Sibylla quien es un personaje importante en uno de mis
cuentos) pero siempre había sido temeroso de consultarlo, numerosas
tragedias se han intentado evitar tratando de conocer el futuro pero éstas solo
lo han hecho aún más mortal, saber mi destino podría ser tan cruel o bello, que
de la primera me asustaría ensombrecer mi alma ya desde ahora conociendo mi
porvenir infausto, de la segunda me asustaría deslumbrarme con tanta belleza
que me fuera imposible mirarlo de frente. Pero el destino había sido generoso
conmigo, me había permitido conocer cosas secretas, inimaginables al resto del
mundo.
Hacia tiempo, había una mujer que me amaba
intensamente pero dudaba de que yo le correspondiera de la misma forma así que
pasaba el tiempo preguntándose si habriamos de estar juntos por siempre (por siempre es mucho tiempo pero es una definición
bastante real del tiempo, es decir el "por siempre" si existe),
así después de una larga búsqueda llego a donde decían se encontraba el puente
entre el saber divino y la ignorancia mortal. El haber llegado ahí por
naturaleza propia fue una hazaña formidable sin embargo la consulta tenía un
precio muy alto que ella no estaba dispuesta a pagar, ella debía sacrificar
aquello más valioso en su vida: su amor por mí.
Sentada en la banca de un parque ella pensaba con
aflicción la forma de proceder ¿era acaso imposible entregarse completamente
sin temor al fracaso? Mientras meditaba esta idea un anciano la saludo
cordialmente y solicito permiso para sentarse en la misma banca a lo que ella
accedió.
-Te ves afligida- le dijo
-Si tengo algunos problemas- respondió ella
-Si es por tu novio no te debes de preocupar, él
te ama intensamente igual o más de lo que tu lo amas a él, pero... y tu lo
sabes bien, existe alguien más que también sueña contigo y con tu amor y quien
daría su vida para que le correspondieses con tan solo una efímera mirada, no
temas al tiempo, incluso el árbol más grande y antiguo, del bosque más poblado,
dejará de existir, pero no sin antes haber dejado semillas que retoñaran y
comenzarán nuevamente el ciclo interminable de las cosas, si tu pregunta es ¿Si
te quedaras con él? La respuesta es no, pero si tu pregunta es ¿Me ama ella más
que él? La respuesta es si.
-¿Ella?- pregunto con extrañeza
-Si ella, Laura- contesto el anciano
Con rapidez ella comprendió que el oráculo había
respondido, y sintió vergüenza al darse cuenta que se encontraba frente a
alguien que sabia todo de ella, que conocía de su traición lésbica y que el
miedo de nuestro futuro (de ella y mio) era
más bien el miedo a su futuro (solo de ella y de
las elecciones que debía tomar). Se puso de pie y con rapidez y miedo se
dirigió a buscarme sin siquiera voltear la cabeza para mirar atrás porque sabia
perfectamente que el anciano ya no se encontraba ahí.
Ella me contó todo y con lágrimas en los ojos me
juro que a pesar de todo el amor que sentía por mí efectivamente se sentía
atraída por ella. Yo, la abrace y le jure amor eterno aunque en ese instante
supe que nuestro "por siempre" nunca existió.
Busque al Oráculo por años para reclamar su
intervención no solicitada (o tal vez, para preguntar si es que acaso ¿existirá
alguien que alguna vez me ame tanto como ella lo hizo?) pero nunca lo
encontré.
Pero ahora, que el árbol había caído y de sus
semillas había retoñado una nueva simiente, ahora que anhelaba el amor de otra
mujer, en un acceso de locura me pregunté: ¿Y Aquella en la que pienso...
piensa en mí también?
El Oráculo apareció, bajo la forma de un ser tan
etéreo que no lo noté sino hasta que su voz se alzó contra mí pronunciando mí
nombre:
-Señor Marqués, ¿Quiere usted saber en verdad que
siente Aquella en la que usted siempre piensa?
La mujer que me hizo la pregunta se erigía con
fortaleza y sabiduría, con tal autoridad que sin duda alguna haber dicho un
"no" habría significado un estricto y merecido castigo... ¿Como
decirle que no?
-El miedo es una poderosa fuerza- respondí -Yo
mismo la ha usado-
La mujer era hermosa, tanto como Aquella en la
que pienso siempre, su parecido era notorio, sin duda alguna era parte de la
burla, porque nunca lo había notado sino hasta el momento que me ofreció el
fruto del conocimiento (que debe tener un sabor muy
acido), mi mirada, de sus ojos fue a su boca siguiendo su cabello,
pudieran ser hermanas... o primas, pensé.
-Aún no estoy listo, dame más tiempo- le dije
temblando
-El conocimiento es Poder, poder de elegir, el
tiempo se acaba y es inevitable sucumbir ante el futuro. El futuro es hoy y
ahora mismo se teje entre tus manos como un fluido invisible en el que te
ahogas irremediablemente. ¿Quieres saber?
-Si, pero no así-
-Entonces ¿Como?
-Quiero entrar en sus sueños y ver con quien
sueña, si conmigo o con alguien más-
-¿Y si sueña con monstruos?-
-Me convertiré en un monstruo-
-¿Y si sueña con el cielo?-
-Me convertiré en nube-
-¿Y si sueña con el mar?-
-Me convertiré en coral-
-¿Y si no sueña?-
-La haré soñar
-¿Y si sueña con alguien más?-
-Lloraré, pero no podre hacer nada y lamentaré nuevamente
tu encuentro-
Al parecer mi respuesta conmovió al Oráculo quien
guardo silencio un momento
-¿Sabes algo? me agradas, te propongo algo:
Olvídate de ella y a cambio te daré el conocimiento del futuro, así
podrás saber que hacer y que no hacer, saber quién y saber donde esta el amor
de tu vida, pero si en verdad era ella la perderás para siempre.-
-No puedo perder algo que no tengo- Respondí
Al instante mis ojos se abrieron y pude ver todo
y a todos como un inmenso lienzo que se desdobla a mi paso y entonces, el
pasado, presente y futuro se apreciaron simultáneos, como la piedra que cae en
agua y extiende las ondas circulares hasta que se funde con el movimiento de
otras ondas, así vi el actuar de los hombres cada movimiento, cada palabra, se expandían
como ondas hacia todos lados provocando movimientos a su vez en las vidas de
los demás hombres, los "si", los "no", los "tal
vez" los "tengo hambre" los "tengo frío" las caricias
en el rostro, los ademanes sutiles, los parpadeos, los suspiros, provocan
movimientos en las vidas de los hombres que inician en su nacimiento pero
que van mas allá incluso de su propia muerte.
-¿Hay forma de detener este movimiento?- Pregunté
al Oráculo que permanecía de pie a mi lado.
-No- fue su fría respuesta-
-Quiero verla- dije
-Sigue su movimiento-
Ella como siempre era hermosa, y sus ojos reflejaban
la alegría de una vida plena, a un lado de su cama yo sostenía su arrugada mano
con fuerza mientras le suplicaba que no me abandonara.
-La Eternidad existe pero el Amor Eterno No- me
susurro con el último de sus alientos.
-En cualquier escenario posible, Aquella en la
que piensas acabará por abandonarte- me dijo el Oráculo
Hubiese llorado en ese entonces pero al ver el
Todo en su totalidad me sentí tan pequeño frente a la Eternidad que me pareció
insignificante, cansado y aturdido por mi nueva condición pedí permiso para
sentarme junto a una joven que parecía triste.
-Te ves afligida- Le dije
La sibila de Delfos (1510, 350 × 380 cm), fresco de
Michelangelo (1475-1564) en la Bóveda de la Capilla Sixtina
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