lunes, 5 de noviembre de 2012

Oráculo



Por supuesto que había escuchado del Oráculo,  Oráculo se refiere a una respuesta divina a una consulta directa, por lo general prediciendo el futuro, también se refiere al lugar, estatua, santuario o símbolo donde se le hacen preguntas a los dioses.  El concepto del oráculo se originó en Delfos, un templo en Grecia dedicado a Apolo. Se dice que la gente pagaba a una sacerdotisa vitalicia para que les hiciera preguntas a los dioses. La sacerdotisa de Delfos se llamaba Pitia, de Pytho, nombre antiguo de Delfos. De ahí también Pyton, una serpiente sagrada de la diosa Gea que se supone Apolo había matado en ese lugar, y de la cual obtuvo sus poderes proféticos. Pitia hacia un complicado ritual. Unos dicen que incluía vapores alucinógenos, los cuales le ayudaba a comunicarse con los dioses. Otras sacerdotisas oraculares actuaban en el mundo antiguo, especialmente romano, bajo la protección de Apolo sobre todo, y se las conocía como sibilas (Sibylla quien es un personaje importante en uno de mis cuentos) pero siempre había sido temeroso de consultarlo, numerosas tragedias se han intentado evitar tratando de conocer el futuro pero éstas solo lo han hecho aún más mortal, saber mi destino podría ser tan cruel o bello, que de la primera me asustaría ensombrecer mi alma ya desde ahora conociendo mi porvenir infausto, de la segunda me asustaría deslumbrarme con tanta belleza que me fuera imposible mirarlo de frente. Pero el destino había sido generoso conmigo, me había permitido conocer cosas secretas, inimaginables al resto del mundo.
Hacia tiempo, había una mujer que me amaba intensamente pero dudaba de que yo le correspondiera de la misma forma así que pasaba el tiempo preguntándose si habriamos de estar juntos por siempre (por siempre es mucho tiempo pero es una definición bastante real del tiempo, es decir el "por siempre" si existe), así después de una larga búsqueda llego a donde decían se encontraba el puente entre el saber divino y la ignorancia mortal. El haber llegado ahí por naturaleza propia fue una hazaña formidable sin embargo la consulta tenía un precio muy alto que ella no estaba dispuesta a pagar, ella debía sacrificar aquello más valioso en su vida: su amor por mí.
Sentada en la banca de un parque ella pensaba con aflicción la forma de proceder ¿era acaso imposible entregarse completamente sin temor al fracaso? Mientras meditaba esta idea un anciano la saludo cordialmente y solicito permiso para sentarse en la misma banca a lo que ella accedió.
-Te ves afligida- le dijo
-Si tengo algunos problemas- respondió ella
-Si es por tu novio no te debes de preocupar, él te ama intensamente igual o más de lo que tu lo amas a él, pero... y tu lo sabes bien, existe alguien más que también sueña contigo y con tu amor y quien daría su vida para que le correspondieses con tan solo una efímera mirada, no temas al tiempo, incluso el árbol más grande y antiguo, del bosque más poblado, dejará de existir, pero no sin antes haber dejado semillas que retoñaran y comenzarán nuevamente el ciclo interminable de las cosas, si tu pregunta es ¿Si te quedaras con él? La respuesta es no, pero si tu pregunta es ¿Me ama ella más que él? La respuesta es si.
-¿Ella?- pregunto con extrañeza
-Si ella, Laura- contesto el anciano
Con rapidez ella comprendió que el oráculo había respondido, y sintió vergüenza al darse cuenta que se encontraba frente a alguien que sabia todo de ella, que conocía de su traición lésbica y que el miedo de nuestro futuro (de ella y mio) era más bien el miedo a su futuro (solo de ella y de las elecciones que debía tomar). Se puso de pie y con rapidez y miedo se dirigió a buscarme sin siquiera voltear la cabeza para mirar atrás porque sabia perfectamente que el anciano ya no se encontraba ahí.
Ella me contó todo y con lágrimas en los ojos me juro que a pesar de todo el amor que sentía por mí efectivamente se sentía atraída por ella. Yo, la abrace y le jure amor eterno aunque en ese instante supe que nuestro "por siempre" nunca existió.
Busque al Oráculo por años para reclamar su intervención no solicitada (o tal vez, para preguntar si es que acaso ¿existirá alguien que alguna vez me ame tanto  como ella lo hizo?) pero nunca lo encontré.

Pero ahora, que el árbol había caído y de sus semillas había retoñado una nueva simiente, ahora que anhelaba el amor de otra mujer, en un acceso de locura me pregunté: ¿Y Aquella en la que pienso... piensa en mí también?
El Oráculo apareció, bajo la forma de un ser tan etéreo que no lo noté sino hasta que su voz se alzó contra mí pronunciando mí nombre:
-Señor Marqués, ¿Quiere usted saber en verdad que siente Aquella en la que usted siempre piensa?
La mujer que me hizo la pregunta se erigía con fortaleza y sabiduría, con tal autoridad que sin duda alguna haber dicho un "no" habría significado un estricto y merecido castigo... ¿Como decirle que no? 
-El miedo es una poderosa fuerza- respondí -Yo mismo la ha usado-
La mujer era hermosa, tanto como Aquella en la que pienso siempre, su parecido era notorio, sin duda alguna era parte de la burla, porque nunca lo había notado sino hasta el momento que me ofreció el fruto del conocimiento (que debe tener un sabor muy acido), mi mirada, de sus ojos fue a su boca siguiendo su cabello, pudieran ser hermanas... o primas, pensé.
-Aún no estoy listo, dame más tiempo- le dije temblando
-El conocimiento es Poder, poder de elegir, el tiempo se acaba y es inevitable sucumbir ante el futuro. El futuro es hoy y ahora mismo se teje entre tus manos como un fluido invisible en el que te ahogas irremediablemente. ¿Quieres saber?
-Si, pero no así-
-Entonces ¿Como?
-Quiero entrar en sus sueños y ver con quien sueña, si conmigo o con alguien más-
-¿Y si sueña con monstruos?-
-Me convertiré en un monstruo-
-¿Y si sueña con el cielo?-
-Me convertiré en nube-
-¿Y si sueña con el mar?-
-Me convertiré en coral-
-¿Y si no sueña?-
-La haré soñar
-¿Y si sueña con alguien más?-
-Lloraré, pero no podre hacer nada y lamentaré nuevamente tu encuentro-
Al parecer mi respuesta conmovió al Oráculo quien guardo silencio un momento
-¿Sabes algo? me agradas, te propongo algo: Olvídate de ella y a cambio te daré el  conocimiento del futuro, así podrás saber que hacer y  que no hacer, saber quién  y saber donde esta el amor de tu vida, pero si en verdad era ella la perderás para siempre.-
-No puedo perder algo que no tengo- Respondí
Al instante mis ojos se abrieron y pude ver todo y a todos como un inmenso lienzo que se desdobla a mi paso y entonces, el pasado, presente y futuro se apreciaron simultáneos, como la piedra que cae en agua y extiende las ondas circulares hasta que se funde con el movimiento de otras ondas, así vi el actuar de los hombres cada movimiento, cada palabra, se expandían como ondas hacia todos lados provocando movimientos a su vez en las vidas de los demás hombres, los "si", los "no", los "tal vez" los "tengo hambre" los "tengo frío" las caricias en el rostro, los ademanes sutiles, los parpadeos, los suspiros, provocan movimientos en las vidas de los hombres que inician en  su nacimiento pero que van mas allá incluso de su propia muerte.
-¿Hay forma de detener este movimiento?- Pregunté al Oráculo que permanecía de pie a mi lado.
-No- fue su fría respuesta-
-Quiero verla- dije
-Sigue su movimiento-
Ella como siempre era hermosa, y sus ojos reflejaban la alegría de una vida plena, a un lado de su cama yo sostenía su arrugada mano con fuerza mientras le suplicaba que no me abandonara.
-La Eternidad existe pero el Amor Eterno No- me susurro con el último de sus alientos.
-En cualquier escenario posible, Aquella en la que piensas acabará por abandonarte- me dijo el Oráculo
Hubiese llorado en ese entonces pero al ver el Todo en su totalidad me sentí tan pequeño frente a la Eternidad  que me pareció insignificante, cansado y aturdido por mi nueva condición pedí permiso para sentarme junto a una joven que parecía triste.
-Te ves afligida- Le dije

La sibila de Delfos (1510, 350 × 380 cm), fresco de Michelangelo (1475-1564) en la Bóveda de la Capilla Sixtina






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